Ahora, mientras trasteaba para arreglar algunos errores de códigodo, me daba cuenta que ya son más de diez años arrastrando este blog. Ha acabado siendo un diario donde ir apuntando las actividades artísticas. Me hace gracia también ver como el furor autoafirmativo ha ido descendiendo, y ya no tengo tanta o casi ninguna necesidad de postear todo lo que va pasando. También lo que va pasando va dejando de ser novedad y hace tiempo que es más repetición con variantes... Galerías que van y vienen, nacen y mueren, propuestas de colaboración desinteresada que antes parecían grandes oportunidades ahora son campos minados que procuro evitar, malas fotos de obra que antes colgaba ansioso ahora son estrictamente materiales de trabajo que ya no comparto, nuevas series que antes colgaba casi sin acabar esperan ahora la revisión sin haber sido mostradas. Y en general un ritmo ya más pausado en todos los sentidos. Y lo que venía rumiando desde hace un par de años, que es aceptar que este (y casi todos los blogs personales) son una herramienta que fue útil pero que ha sido superada por las redes sociales. Del Myspace que sufríamos hace diez años y que nos asomó por primera vez a comunidades virtuales de pintores, a la locura del mega yo yo yo de Fb o similares. En todo caso resulta ya hoy una herramienta farragosa y de poco lucimiento...
Pero here we are.
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